Los centros educativos
Cada colegio tiene autonomía para organizar su programa de estudios. La autonomía de los colegios se enmarca dentro de un sistema en el que la educación se concibe como algo gratuito e igual para todos. Los niños tienen acceso a centros de enseñanza similares y no pagan por el material. Los colegios proporcionan libros, ordenadores e incluso la comida. La planificación educativa es consensuada entre los profesores y los alumnos. Los adolescentes dan su opinión sobre las propuestas de los docentes, informan de sus intereses y participan en la organización del curso. Un hecho que puede atribuirse a un sistema basado en la transparencia, el cual rige también las instituciones públicas del país.
Otro elemento significativo con el que cuenta el sistema finlandés es, según José Antonio Marina, el trabajo integrado de todos los estratos del sistema educativo. Mientras que en España los niveles de enseñanza están completamente separados (“primaria y secundaria no trabajan juntos y secundaria y la universidad no lo hacen en absoluto”) allí están acostumbrados a organizar el sistema educativo como un todo, “por lo que la colaboración para mejorar los planes de estudio es muy grande"